Reflexiones Veganas

Es de broma, hija, es broma...

El pasado viernes 25 de agosto estaba en el acto por el vegetarianismo portando una pancarta, cuando pasaron por delante una madre con su hija pequeña (de unos 7 años) y una amiga suya. La niña se quedaba mirando los carteles horrorizada, y le preguntaba a su madre, inquieta: "¿Los matan, mamá, los matan?", a lo que su madre le contestó: "No, es de broma, hija, es broma..."
Podréis ver que los carteles reflejaban las consecuencias de la explotación de los animales destinados a consumo. Imágenes que son más terribles que chistosas, desde luego. Y que haya quienes tengan que pasar por todo ese calvario no tiene ni pizca de gracia.
La realidad es que el estatus de objetos y bienes de consumo en que hemos convertido a los demás animales está provocando que sean miles de millones los que tengan que sufrir de confinamiento, estrés, soledad, miedo, angustia, dolor y muerte por satisfacer nuestro paladar.
La madre sabe perfectamente que tras su comida hay víctimas, pero prefiere no verlo, así la conciencia se le queda más tranquila. Y prefiere que su hija viva en la ignorancia antes que tener que explicarle por qué sucede y probablemente permitir que escoja (o no) dejar de participar en la explotación. Pero la ignorancia no es la solución, y ocultarle la realidad tampoco lo es. Simplemente hay que afrontarla y ser consecuentes.
La explotación, sufrimiento y muerte no son ninguna broma. Visita la sección de descargas para ver Earthlings, y pásate por Igualdad Animal para leer más acerca de las consecuencias del especismo y qué puedes hacer al respecto. No cierres los ojos, la indiferencia es cómplice.


30 agosto 2006

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