Reflexiones Veganas

Derechos para unos pocos

Dicen que "la sociedad" reclama leyes que castiguen el "maltrato animal", por eso se convocó una concentración este pasado domingo 1 de octubre. Sucesos como la amputación de las patas de más de 10 perros en una protectora de animales de Tarragona hace algunos años, o las recientes imágenes de un sujeto golpeando hasta la muerte a "su" perro han provocado intensas reacciones emocionales. La gente se conmueve y se enfurece al ver que suceden estas cosas con los animales no humanos más cercanos a ell@s: perros y gatos.
Sin embargo, la causa de que estas cosas pasen no es que no haya leyes que lo castiguen, sino que consideramos que podemos hacer lo que queramos con ell@s. Los derechos básicos de los demás animales (como pueden ser el derecho a la vida y a la integridad) son considerados inferiores o inexistentes en relación a l@s human@s.
Las reformas del Código Penal que se piden no hacen más que endulzar a nuestros ojos la situación de opresión y esclavitud a la que estamos sometiendo a los demás animales, otorgando la mínima protección a sólo un grupo minoritario de individuos con los que nos solemos relacionar más frecuentemente y hacia los que sentimos más empatía. Pero es sólo la mínima protección, que no es lo mismo que reconocer que tienen ciertos derechos. Es decir, no se considera que perros y gatos sean individuos con derecho a la libertad, a no ser utilizados, etc., sino que se consideran "mascotas" que se pueden comprar, vender, hacer lo que se quiera con ell@s, siempre y cuando no se obre con "crueldad" (maltrato físico principalmente). Siguen siendo objetos, pero a diferencia de un televisor, si les pegas te puede caer multa o cárcel.
Los demás animales no están contemplados simplemente porque a esta petición le mueven los sentimientos más que la razón. Millones y millones de animales están siendo secuestrados, torturados y asesinados para hacer prendas de vestir, probar productos o ser destinados a la alimentación de l@s human@s. Pero no cuentan porque la única relación que se tiene con ell@s es sazonar y comer sus músculos, llevar su piel puesta, etc. Pero siguen siendo seres que pueden sentir y sufrir como perros, gatos y humanos.
Otra de las cosas que me llamó la atención fueron las pancartas y lemas especistas, que más que beneficiar perjudican en general a los demás animales. Cosas como "basta de animaladas" o "¿quién es el animal?" reflejan claramente la distinción que se pretende hacer entre "animales" y "personas", definiendo lo "animal" como malo y lo "humano" como bueno.
La mejor manera de luchar por los demás animales es librándonos de los prejuicios, considerándolos iguales. No los utilices, no los comas, no te diviertas a su costa.


02 octubre 2006

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